domingo, 26 de junio de 2022

SUEÑOS DE INOCENCIA - POR NESTOR GERMAN RODRIGUEZ

 



SUEÑOS DE INOCENCIA

Cuentan que en algún lugar de la tierra, había nacido un niño con condición especial ¡Vaya! Bien podría llamarse Alexandra, Edward, Angelica, Cristobal, Génesis, David, Fátima, Juan, Omarly, Daniela, Ibrahin, Julia, María José, José, Nélsón, Alberto, Carlos, José Gregorio, Juan Simón, Ana, Oswaldo, Jesús, Albanys, José Ángel o llamarse Domoarima “el Señor de los Pájaros”. Los padres en principio se angustian porque en este mundo existen muchas negativas ¡Uhmmm! sobre dicha condición. Los Padres deciden no preocuparse, sino ocuparse, acuden a los especialistas y ¡Oh qué bueno! conocen las características, aclaran que no es una enfermedad sino una condición; lo cierto es que los padres piensan que algo deberían hacer para ayudarlos. Los padres a fin de cuentas son muy influyentes en el desarrollo de sus hijos, ya que tienen muchas oportunidades para interactuar con ellos. Descubren los Padres que la estimulación mental permite mejorar su estado y contribuir así a que tengan un mayor nivel de libertad, respeto y honestidad, lo cual normalmente tiene efectos en el aprendizaje, tanto en su aspecto físico como en la salud misma ¡Magnifico! dicen. Consideran ellos que era entonces necesario el acceso a los programas de iniciación temprana y a la enseñanza, así como todo aquello que fuese vital para el crecimiento y desarrollo de sus hijos como personas. Los padres acuden entonces a una asociación que pueda atender a sus hijos con terapeutas y especialistas. Siempre los Padres tienen consciencia que ese joven es ante todo un niño. Se dan cuenta que los programas de atención como de música o de pintura son importantes. Entonces una profesora de pintura, como artista y persona afectiva por tener un nieto con la misma realidad, busca despertar en los jóvenes su sensibilidad artística, ¡Uyy que compromiso asume! La profesora sabe que dibujar es una actividad que favorece la comunicación interpersonal, ayuda a la manifestación de emociones y fomenta la creatividad. Así nace el movimiento pictórico “Trazos de Inocencia” y comienzan a trabajar desde la nada.

Los jóvenes reciben clases dos días a la semana. Del ejercicio de las manos, pasan al garabateo, y los dibujos comenzaron a tomar forma. De las líneas rectas, círculos, cuadrados, rombos, llegan finalmente a los dibujos complejos y escenas concretas. La alegría se observa en la sonrisa de sus rostros cuando trabajan en convivencia y hermandad, eso era lo agradable.

Al poco tiempo montaron la primera exposición de dibujos elaborados en lápiz de grafito y creyones, fue un éxito total, asistieron padres, familiares y vecinos de la comunidad, así con invitados especiales. Recibieron muchos halagos “Hurra...Hurra”. Esta primera exposición fue algo maravilloso para la profesora; desde esa primera ocasión, toda la colectividad espera con emoción la presentación de  la exposición anual. Los Padres se sienten halagados. Durante años los jóvenes han expuesto en lugares muy importantes hasta llegar a los museos. Los jóvenes proyectan en el dibujo las emociones que no pueden expresar en palabras. Se observan los rasgos de su personalidad y hasta los estados de ánimo.

Los jóvenes, para los padres y profesora, son los seres más importantes del mundo, todos los días les sorprenden sus aptitudes para otras actividades "Guaooo", uno de ellos le dijo a su madre “ya tú vas a ver mamá que yo no te voy a defraudar nunca”. Los jóvenes  se expresan con más claridad oral, la familia les ha dado un trato igualitario, los Padres confiesan, que todo ha sido algo muy hermoso, no saben cómo explicarlo, un milagro del espíritu santo “Aleluya...Aleluya!.

Los jóvenes hasta trabajan en diversas actividades, unos en el hogar otros en su entorno, y viven felices en sus hogares.

El taller “Trazos de inocencia” ha sido permanente, la profesora mantiene la formación con mucha nobleza. Ella dice que “No les impongo ni el color, ni línea, ni forma. Cada día es una aventura, enfocamos temas diferentes, les relato historias y ellos lo plasman en sus dibujos”. La artista les pide observar la naturaleza, les inventa historias y los mantiene en contacto con la realidad ¡Unjuuu!.

El arte es en definitiva esencial para el crecimiento interior y la autoestima. Esta labor regala a los jóvenes una forma de terapia de relajación y transformación y a los Padres la satisfacción del deber cumplido. Los jóvenes se sienten en otro mundo, expresan su inocencia a través de sus obras y plasman lo que sueñan. Por eso afirmo que son sueños de inocencia.

Aquí se acabó el cuento relato, tal como lo pensé se los conté.

Dios les bendiga!!