lunes, 23 de noviembre de 2020

SOY MEREGOTIN - Cuento infantil - N.G. RODRIGUEZ

 



Hola!! Soy Meregotín, un indiecito del Valle de los Turmeros de catorce años, nacido y criado en las riberas del río Paya, no entiendo porque vinieron unos personas en nombre del Rey y de la iglesia y dicen que fundaron este pueblito, cuando mis antepasados ya habitaban en este lugar desde hace mucho tiempo. ¡Ummh, ese cuento no lo creo!. Gracias a Dios he recibido alguna preparación de los misioneros y además de fomentar nuestra fe católica nos han preparado en la lectura y escritura. Es verdad así como estamos hoy viviendo a orillas del río a poca distancia de lo que será la plaza, según dicen; de igual manera mis padres han vivido  cerca del cerro que llamamos de la Virgen allá en el valle de Guayabita o por acá en el norte, en la quebrada Rajuñao. Hemos sido esclavizados toda la vida, nos entusiasma que nos digan ahora que nos tratarán diferente cuando esté construida la iglesia, “Aleluya” eso sí nos gusta. Ojala los amos, como les decimos, entiendan que somos seres humanos igual que ellos, que padecemos las inclemencias del tiempo, que nos enfermamos igual que ellos, que comemos y vestimos. Yo, quisiera poder jugar con esos niños blancos, que nos miran de lejos como seres extraños. Mis padres ya mayores  han sufrido mucho por nuestras carencias, pero nos han cobijado a mis hermanitos Capinito y Guacarima, nos han enseñado a vivir en la pobreza, pero queremos vivir mejor. La esperanza la tenemos con esta iniciativa de la fundación del pueblo, nos dicen que vendrán mejores tiempos, tenemos dudas porque sabemos de la avaricia de los amos, quienes solo les importan las cosechas de nuestros campos cultivados con las manos del sacrificio y recibir las prebendas para medio vivir. Nos salvamos porque vivimos de lo que sembramos y de los animales que criamos. Nos dicen que estamos en el año mil seiscientos veinte, de esto sabemos poco, lo que sí sabemos es el amanecer y atardecer de cada día. Nosotros no tenemos ni fecha de nacimiento ni otra, recién he recibido mi bautizo del monje llamado Pablo y me dio un papelito que dice que fue el dieciséis de marzo de mil seiscientos diecinueve y allí dice que tenía once años. Seguiré bajo la protección de la misión y de mis padres. Amén.