miércoles, 25 de marzo de 2020

LA MECHE - RECUERDOS DE MI INFANCIA - NESTOR G. RODRIGUEZ




Yo era un niñito de doce años cuando la vi por primera vez, ella visitaba a unos parientes vecinos de la cuadra. Era una mujer relativamente joven en ese entonces, la mamá de Fito le decía: “Ten cuidado con La Meche, ella es muy pasada”. Pertenecía a una familia humilde del pueblo,  era vox populi  que nació con dos defectos, con ciertos problemas mentales decían que hereditarios, ¡¡Uyy!!y lo otro, le gustaban los hombres ¡¡Ahh!!.
Sin querer uno se enteraba, de lo primero recibía ayuda médica de forma irregular, mejoraba mientras tomaba la medicina; pero no era fácil a pesar de que almas caritativas la ayudaban.
Esto fue un estigma para toda su vida, su tía Petronila se esmeró en orientarla, pero su desviación le impidió tener una educación básica, siempre fue liberada, llevaba la delantera a todo; en vez de jugar con las niñas prefería irse con los varones, se crió en medio de la pobreza, entre hombres y en medio del abandono social de un país que no protegía a la niñez y menos a los adolescentes..
Dominar a aquella mujer no era fácil. Desde temprano cogía la calle y zuazz se escabullia. Iba a todas partes desafiando el peligro. Igual estaba en el río como en las granjas buscando mangos o naranjas. Se acostumbró a tener relaciones con cualquiera. A lo largo de su vida, como mínimo, se le conocieron media docena de hijos. Cuando veía algún macho que le llamara la atención, decía en voz alta para que todos la oyeran: ¿Desde cuándo no come este loco? Y rozaba su cuerpo como una gata enamorada del caballero sonrojado, eso sí, miauu...miauu,  sin buscar ninguna retribución. En ocasiones era atrevida,  les tocaba las partes íntimas. No tomaba licor y menos probaba drogas  ni siquiera la hierba. Eso sí, fumaba hasta con el cigarro prendido hacia dentro de la boca, eran notables sus labios pronunciados y pintarrajeados, el pelo alborotado, pero le encantaba peinarse a lo moderno, a veces se arreglaba como si fuera para una fiesta de gala.  Siempre muy aseada, se paseaba por el pueblo y cuando conseguía una aglomeración de hombres, comenzaba a contonearse para llamar la atención. En una ocasión, mientras se realizaba una sesión solemne en el Concejo Municipal, entró y comenzó a martillar a los presentes. Por pena se bajaron de la mula y ella les acariciaba.
Meche era todo un show, cuando estaba en la plaza del pueblo comenzaba a cantar las canciones rancheras aaajajaiii que eran sus preferidas. De inmediato se formaba una rueda alrededor. En una ocasión dijo a los presentes, tengo novio, y sacó de la cartera una foto de periódico y l señaló, era de un joven del pueblo que se iniciaba en política, quien estaba presente en ese grupo de personas, aquello fue motivo de chanza. Sepan Ustedes que La Meche contrajo matrimonio con todas las de la ley eclesiástica en la iglesia del pueblo, fue un tarde memorable, no faltó nada ni los anillos ni los padrinos. La gente la aplaudió al salir vestida de color crema claro.
El colmo y para terminar, un día llegó a la iglesia y se desnudó en la puerta, solo se escuchaba el grito de las beatas: ¡Ay Dios mío!
Su primo Chucho, salió corriendo de la pena. Que dirán mis amistades, decía.

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4 comentarios:

  1. Muy bueno. Por alli anda Arturo uno de sus hijos. ¿cuando me visitaste viste el cuadro que de ella tengo?

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  2. Quien no la recordaría!!...Tengo varias anécdotas de élla..Yo tenía la librería frente a la plaza, su sitio preferido ..

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