EL MUSICÓLOGO!!
Marquito era un niño que le gustaba la música, era un
musicólogo, se iba a la plaza del pueblo y entraba al Bar Camel donde estaba su
tío que siempre le daba para las chucherías, el tío se tomaba unas
cervezas “¡Glup, Glup!”con amigos. En el
bar estaba una rockola y los despechados que bebían cerveza, introducían una
moneda a aquel artefacto de moda en los bares que tenía una lista impresa de
las canciones y sus cantantes con una letra y un número que la identificaba,
pulsaban los botones "Click" y un brazo mecánico buscaba el disco 45 y lo colocaba para
que la agujita lo hiciera sonar. Así Marquito aprendió a conocer algunas canciones, la que más sonaba en aquel
entonces, era una llamada “Linda” cantada por Daniel Santos, el inquieto anacobero,
que decía así: “Yo no he visto a Linda, parece mentira…”. Todo era por época,
cuando se pegaba una canción la ponían una y otra vez. Otra tarde y después de
unas semanas entró al bar nuevamente, sonaba otra que le encantó como buen melómano,
“Rayito de Luna” cantada por el
Trio Los Panchos. Marquito se sentaba en un banco de la plaza cerca al bar y
escuchaba las canciones. Recuerda que otra que estuvo de moda era aquella de
Lucho Gatica llamada “Reloj” que Marquito cantaba hasta en el baño: “Reloj no
marques las horas porque voy a enloquecer…"Tic, Tac"”. “Te odio y
te quiero” de Panchito Riset, “Bésame
mucho” de Consuelo Velazquez, entre tantas. Más de un despechado y pasado de
tragos lloraba “Sniff, sniff” abrazado a la rockola..
Marquito algunas veces cuando el campanario anunciaba las seis
de la tarde, ¡talán, talán!
regresaba en ocasiones a la plaza, vivía cerca, para escuchar del otro lateral
la música que sonaba por los altavoces del cine Capítol antes del inicio de la función de siete de la
noche: “Magia Blanca” cantada por Chucho Avellanet que Marquito tarareaba ¡tarara, tarara!: “Magia blanca tú
tienes, me has hechizado a mí”. Otra imperdible era “Lamento Naufrago” en la
voz de Chico “Sensación” Salas oriundo de este pueblo, la canción decía así:
“Sobre la arena mojada y bajo el viejo muelle la besé con honda pasión”. Después
sonaba un bolero en la voz romántica de Felipe Pirela, Puerto Cabello. La primera estrofa decía así: “Mi
puerto cabello, pedacito de cielo, que acarician las aguas, de estas playas
caribe”. Tony Aguilar y “la Cama de Piedra” que al estilo mexicano decía: “De
piedra ha de ser la cama, de piedra la cabecera, la mujer que a mí me quiera, me
ha de querer de veras, "ay, ay”. Era una tras otra, y no podía faltar Julio
Jaramillo, Olimpo Cardenas y Carmen Delia Dipini y tantos otros. Cuando sonaba
el timbre anunciando el comienzo del rodaje se terminaba la función musical.
Los sábados y domingo el ambiente de la plaza era amenizado
por el popular Macías Martínez, el primer disk jockey que se conocía con su
conjunto Los Espejos, allí Marquito escuchaba canciones como “Tu sabes” de
Estelita del Llano, cuya letra es así: “Tu sabes que te amo y sabes que te quiero”.
“Granada” de Alfredo Sadel, “Piano Merengue” de Damiron, la Sonora Matancera y
su nobel cantante Celia Cruz con tantos éxitos, -“Cachito” de Nat King Cole y
pare usted de contar.
Los domingos a las cinco de la tarde había retreta musical con la banda
marcial del estado. Las piezas musicales eran pasodobles, combinados con música
de antaño y valses. “Viva España”, el Negrito del Batey y Alma Llanera no podía
fallar
Marquito leía en el cancionero las melodías de moda, hasta que Zzz, Zzz se dormía.
Marquito creció, ingreso a la escuela de música y aprendió a
tocar el saxofón, formó parte de Orquesta Sinfónica Infantil.
Este relato se acabo, pues el tiempo de la canción terminó!!