sábado, 13 de mayo de 2023

EL COLEGIO DE MONJAS - NG.RODRIGUEZ

 


EL COLEGIO DE MONJAS

En 1954 cuando apenas Joselito tenía 6 años llegaron al pueblo las monjitas que fundarían el colegio religioso, a los meses abren las aulas y se inscriben los primeros alumnos. A Joselito y otros amiguitos les causaba curiosidad aquellas niñitas uniformadas, así como a unos niñitos tremendos que pudieron ingresar. Ya más grandecitos, se paraban en los alrededores para ver a las niñas uniformadas. Con un cruce de miradas era suficiente para Joselito sentirse contento con una niña de ojos color castaño a quien su madre venía a buscar.

Joselito y sus amigos observaban como a una niña muy bonita por lo demás, la buscaban sus hermanos que la escoltaban como medida de resguardo para que ningún niño se le acercara. Gabrielito se sentía seducido por una catirita de ojos verdecitos y Pedrito de una piel canela de ojos negros.

Joselito y sus amigos no perdían oportunidad para ingresar al colegio, tanto en verbenas como en fiestas religiosas abiertas al público. Luego descubrieron que asomándose en silencio ¡chist!; ¡chiss! por las ventanas que daban a la calle podían verlas. Para ellos eran una obligación de ir a misa donde las alumnas asistían en traje de gala. Allí en medio del sonido de las campañillas ¡tilín, tilín!; ¡tintín, tintín! se lanzaban miradas y sonrisas leves. De igual manera las veían en los desfiles por fechas patrias.

Como ven cada niño tenía alguna niña de la cual estaba enamorado.  Las veían en el cine con sus familiares, en las procesiones y no se perdían ninguna fiestecita por el cumpleaños de algunas donde estaban invitados. Todo era un cariño de niños, un amor imaginario, de los que llaman platónicos.  Cosas de loa hombrecitos del futuro.

 


domingo, 7 de mayo de 2023

MILAN, EL NIÑO ESPERADO. - CUENTO INFANTIL - NESTOR GERMAN RODRIGUEZ

MILAN, EL NIÑO ESPERADO.

Vino a este mundo a hacer feliz a mucha gente, desde que su mamá Bianca Nieves recibió la noticia de su estado de gravidez y las primeras imágenes en su barriguita lo conocimos, todos nos llenamos de alegría, padres y abuelos, hermanos y sobrinos, tíos y primos, y por supuesto a sus bisabuelos que están en el cielo y desde luego a quien lo deseaba hace unos años, su bisabuelo terrenal. Poco a poquito iba creciendo el niño querido por todos. Un buen día recibimos la noticia, !oh...oh! será varón. Su mamá sentía los latidos del corazoncito, tac, tac. Recibíamos los partes médicos y Bianca Nieves sentía los cambios en su cuerpo. Ya crecidito se sentían las pataditas. Se hizo el baby shover, no asistimos, pero si por red grupal. Bianca Nieves nos dijo un día, ya cumplimos 36 semanas, ya casi nace él bebe. Supimos que se llamaría Milan que quiere decir “lleno de gracia”. La maleta estaba lista para llevar al hospital. Había emoción en todos. Ya en el hospital le aplicarían inducción, venían las contracciones y algunos gemidos de molestia, ufff, ufff, el proceso sería lento. Los abuelos estaban en la dulce espera. Hasta que llegó el momento esperado cuando se produjo el alumbramiento. Todo era alegría, las primeras fotos enviadas dibujaban la felicidad de los padres y de los abuelos. Bianca Nieves desde el primer día nos invitaba a viajar y conocerlo en persona. A los pocos días se notaba el crecimiento del niño, claro bien alimentado. Algunos decían que tenía cara de arrecho, porque ¡bua, bua! lloraba, lo que pasaba era que pedía teta y luego dormía Shhhhh sabroso. A algunos le provocaba agarrarle los cacheticos. A otros les provocaba morderlo. Todos quería agarrarle sus manitos. El niño estaba pilas decía el abuelo. Llego la navidad y todos teníamos un nuevo miembro en la familia, se llamaba Milan y será una persona misericordiosa que ayudará a los más necesitados para gloria de Dios.
El bisabuelo!!

viernes, 16 de diciembre de 2022

¡CAISTE POR INOCENTE! CUENTO DE LA INFANCIA - N.G.RODRIGUEZ


 Jaimito era un niño locuaz que para todo se inventaba un cuento, se levantó aquel día pensando en jugar en la calle con sus amiguitos para aprovechar las vacaciones decembrinas, después de ponerse su pantalones cortos y su franela de franjas azules, lavarse la cara y cepillarse los dientes, se sentó en la mesa para desayunar, su mamá Emilia le dijo con voz enérgica: Jaimito, tu papá ha considerado que hoy no puedes salir de la casa por tu mal comportamiento ayer. Jaimito se puso muy triste y lloriqueando dijo que era una injusticia, su madre le puso la mano sobre el hombro y le dijo: Hoy es 28 de diciembre, día de los santos inocentes y tú ¡caíste por inocente!, jajaja. Jaimito confuso, hizo una mueca de risa leve. Todos los años era igual y siempre caía por descuidado. Es un día de bromas sanas Jaimito, le explicó la mamá, es una tradición, la iglesia lo conmemora en honor a los niños que murieron por órdenes del Rey  Herodes en su intento por conseguir al niño Jesús. Pero la tradición popular  lo toma acá en el pueblo con humor, realizando bromas a familiares, amistades, compañeros de trabajo o de estudio. Se aprovecha el día para hacer trampas, engañar, mentir, escribir falsos documentos, etc. En ese momento llega su hermana Maru a compartir el desayuno, a ella le encantaba tomar su café con leche con bastante azúcar, Jaimito no tardo en desquitarse, fue sigiloso donde la mamá y le puso sal al café de Maru, cuando su hermana tomó un sorbo, lanzó la taza, Jaimito se reía mientras decía ¡Caiste por inocente! y Maru comenzó a perseguirlo hasta que la señora Tere que trabajaba en la casa, la paró y explicó que era el día de los inocentes. En ese mismo momento el papá de Jaimito llegó a la mesa con el periódico del día y se sorprendió cuando leyó el titular de una noticia en primera página que decía “Golpe de estado contra el presidente electo”. Con curiosidad leyó la información y en el último párrafo, señalaba que todo era una broma y finalizaba con la frase del día ¡Caíste por inocente! El señor colocó el periódico a un lado. Ese día hasta los periódicos presentan noticias engañosas.

Jaimito salió a la calle con deseos de hacer sus bromas y se encontró con su amiguito Pedríto, a quien le dijo viendo hacia el cielo, oye mira Pedrito, un platillo volador, Pedrito se puso la mano sobre la frente para taparse del sol y comenzó a buscar y nada, y dijo no veo nada, Jaimito le dijo ¡caíste por inocente!, jajaja.

Jaimito se dirigió a su casa ya que tenía ganas de ir al baño, busco una cajita pequeña de plástico, se metió al baño  para hacer sus necesidad, fue a la cocina y coloco azúcar al contenido, y salió en busca de Jorgito, un niñito con quien había tenido algunas trifulcas, al encontrarlo Jaimito le dijo quieres probar estas bolitas adivinadoras de chocolate que preparó mi mamá, Jorgito tomó la cajita y agarró una de las bolitas azucaradas, y cuando las acercó a la boca, le pegó un mal olor, y grito: Coñ..o esto es mie..da, y Jaimito le dijo: Otro más que adivinó, ¡caiste por inocente! Jorgito enfurecido persiguió a Jaimito que corriendo por el vecindario logró llegar a su casa y cerró la puerta. Salió con cautela a las 4 de la tarde todos los niños jugaban en la calle y habían olvidado lo anterior. Sin embargo Jaimito, tremendo como siempre escribió con marcador en una hoja de papel lo siguiente: SOY DEL OTRO LADO Y QUÉ? Jaimito esperó que pasara el joven Juancito que se la echaba de bello y enamoraba a todas las chicas. Entonces Jaimito se le acercó y saludo, y con una cinta adhesiva le pegó el cartel en la espalda. Mientras Juancito se pavoneaba por la calle, todas las muchachas se reían con disimulo.

Esta fue la última travesura de Jaimito ese día de los inocentes.

Colorin Colorado, este recuerdo ha terminado.

 Cualquier relación con la realidad es pura coincidencia.

Derechos de Autor reservados


lunes, 31 de octubre de 2022

EL GARDEL TURMEREÑO - RECUERDOS DE LA INFANCIA - N.G.RODRIGUEZ

 

El Gardel Turmereño era un indigente con ciertos problemas mentales que nadie supo cuando llegó ni cuando se fue, de barba larga, con sombrero gaucho y vestimenta mugrienta, usaba un palto zurcido que le quedaba grande, la camisa manga larga derruida y con el cuello sucio, una pintoresca corbata en igual estado. Los zapatos tipo botas con trenzas de cuero mal amarradas. Gardel, “el morocho del abasto” de Turmero  visitaba con cierta regularidad establecimientos, casas de habitación y preferentemente los bares. A los negocios y viviendas  llevaba limones, mangos, mamones u otra fruta que conseguía por el vecindario. A cambio  recibía dinero, comida y alguna que otra muda, en contraparte cantaba su acostumbrada serenata, él sabía que tango les agradaban a sus colaboradores porque se lo habían pedido, como aquella canción VOLVER, que decía “Yo adivino el parpadeo, de las luces que a lo lejos, van marcando mi retorno.”, o esta otra MI BUENOS AIRES QUERIDO, cuya letra era esta: Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver, no habrá más penas ni olvido.

Hay que reconocer que tenía una voz melodiosa en imitación a “Carlitos” como cariñosamente le decían. Le gustaba que lo llamaran Gardel, el famoso “Rey del Tango” y ese era su orgullo. Su verdadero nombre nadie lo sabía. Cuando pasaba por la plaza se iba al cotoperiz y daba un concierto a los transeuntes que lo rodeaban. Entraba a los bares o botiquines y a cantaba en las mesas a gañote tendido a cambio de una cervecita "Glup" o un trago de aguardiente, aquí y otra más allá. Allí solía cantar una especial para despechados "Buaaa", EL DÍA QUE ME QUIERAS y entonaba “El día que me quieras, la rosa que engalana, se vestirá de fiesta con su mejor color”. No podía faltar aquella titulada CUESTA ABAJO que con emoción entonaba: “Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas, no me las puedo arrancar”.

Cuando ya la luna se ponía tenía por costumbre irle a cantar todas las tardes a una señora desde la reja de la casa, y le cantaba el tango “MANO A MANO” que dice así: “Rechiflado en mi tristeza, hoy te evoco y veo que has sido en mi pobre vida paria sólo una buena mujer”. 

Salía al amanecer y regresaba turulo en horas nocturnas. Su guarida donde dormía tenía algunos enseres era debajo del puente del río Turmero, un colchón de resortes, unas cacerolas y colador de café. Allí prendía una fogata para darse calorcito en las noches y alejar los zancudos "Bzzzz". 

El Gardel Turmereño prendió un cigarrito y canturreando para sí mismo decía como gemido “Fumando espero a la mujer que quiero…” y el sueño lo venció.


martes, 25 de octubre de 2022

PIPO EL ALPINISTA - RECUERDOS DE LA INFANCIA - N.G.RODRIGUEZ

Recordaba Pipo el pasado cuando de niño le encantaba subir al cerro llamado La Tarasca, donde sobresalía El Picacho que estaba cerca de su casa y tenía más de mil cien metros de altitud.  Eran los primeros días de diciembre, su mamá le encomendó una tarea, ir al cerro y conseguir un árbol pequeño de metro y medio que estuviese reseco para convertirlo en arbolito de navidad. Pipo invito a su compinche Nenín para que lo acompañara. Llevaban una cantimplora llenas de agua cada uno y unas mandarinas en una bolsita. Pipo llevaba un machetico envuelto en papel para poder cortar. Emprendieron la travesía como a las 3 de la tarde, ya antes habían subido hasta El Calvario donde estaba la Cruz que encendían para fecha de navidad y donde los fieles llegaban al sitio que era la última estación del Vía Crucis en Semana Santa. Llegaron al pie de cerro e iniciaron el ascenso, lo hicieron por el camino del frente en vez de irse por el lateral izquierdo, más lejos pero más seguro. El camino era más empinado, estaba la tubería que trasladaba el agua desde la esquina del Filtro hacia La Casita de Agua en El Calvario y viceversa por gravedad para surtir al pueblo. Llegaron algo cansados ¡Ufff! por lo inclinado a la Casita de Agua, otros la llamaban La Cajita de Agua, que era un tanque o depósito donde ellos se asomaron y vieron la peligrosidad de caer allí Desde allí tenían una panorámica del pueblo. Aprovecharon para tomar agua de una cascadita que se formaba por un drenaje del tanque, no era fácil bajar a la cascadita por su inclinación, de repente Nenín escuchó un ruido como de una serpiente “Sshhhh...Sshhhh” y salieron volando. Prosiguieron la marcha por la ruta al Picacho, tomaron unos palos para sostenerse en la subida, buscaban el susodicho árbol de navidad y no veían alguno parecido, entretenidos por lo bello del paisaje que observaban y conversando, llegaron hasta el sitio denominado “La Escalera” hasta donde Pipo ni Nenin nunca habían llegado. Se impresionaron por lo inclinado y largo del trecho, Nenín exclamo ¡Dios santo! Tomaron agua, dudaron en seguir, pero se atrevieron. Aquello era peligroso para estos dos niños. Si sus Padres los vieran los hubieran halado por las orejas. Comenzaron a subir agarrados de los árboles, se impulsaban con las piedras sobresalientes  de lo que fue una escalinata y las raíces  de los árboles, iban casi en vertical ¡Cuidado! Decía Pipo. Hicieron una pausa, tomaron agua y se comieron una mandarina, les faltaba la mitad. Menos mal que el terreno estaba seco. Al fin subieron la escalera, le faltaba otro trayecto para llegar a la cima del Picacho. Subieron de prisa por la emoción de llegar. No fue fácil, entre breves bajadas y subidas llegaron ¡Bravo! Dijeron al unísono, allí pegaba mucha brisa ¡Ssshssh!, menos mal que era de tardecita y no pegaba tanto el sol; sin embargo al lograr la cumbre aprovecharon la sombra de un árbol pequeño, allí descansaron sobre unas piedras, estaban extenuados. Luego se acercaron al borde, había una bandera grande de Venezuela clavada y una Cruz de madera como de cuatro metros de alto. Quedaron estupefactos ¡Guau! Se divisaba no solo el pueblo y la zona agrícola, sino el Lago de Tacarigua, los Morros de San Juan, parte de Maracay, Cagua y otros poblados. Se sentaron un rato a contemplar el horizonte, la brisa hacia zumbidos. Se percataron por la posición del sol al oeste, les avisaba que era necesario regresar. La bajada era igual de peligrosa.  Después de la Escalera, se esmeraron en buscar el árbol de navidad, divisaron uno en lo alto del camino, subieron y lo cortaron ¡Trac…Trac! Lo cargaron entre los dos. Esta vez bajaron por el otro camino donde estaban unos hornos gigantes de ladrillo de una antigua mina de cal. Apuraron el paso, iban sudaditos, al llegar a casa Pipo pensaba ¡Ay de mí! Le entregó el árbol y la mamá le dio las gracias; pero les reprendió porque se habían demorado demasiado. Los niños no dijeron nada, Pipo y Nenín habían hecho un pacto: ”Cállate boca, ciérrate pico. Hágase el silencio y el silencio se hizo”. Los alpinistas se miraron y sabían que habían  ocultado todo. A bañarse y descansar.

Pipo terminó la narración diciéndose a sí mismo: “Es verdad lo que narré, lo viví y así se los conté”.


viernes, 21 de octubre de 2022

EL MUSICOLOGO - RECUERDOS DE LA INFANCIA - N.G.RODRIGUEZ

 

EL MUSICÓLOGO!!

Marquito era un niño que le gustaba la música, era un musicólogo, se iba a la plaza del pueblo y entraba al Bar Camel donde estaba su tío que siempre le daba para las chucherías, el tío se tomaba unas cervezas  “¡Glup, Glup!”con amigos. En el bar estaba una rockola y los despechados que bebían cerveza, introducían una moneda a aquel artefacto de moda en los bares que tenía una lista impresa de las canciones y sus cantantes con una letra y un número que la identificaba, pulsaban los botones "Click" y un brazo mecánico buscaba el disco 45 y lo colocaba para que la agujita lo hiciera sonar. Así Marquito aprendió a conocer algunas  canciones, la que más sonaba en aquel entonces, era una llamada “Linda” cantada por Daniel Santos, el inquieto anacobero, que decía así: “Yo no he visto a Linda, parece mentira…”. Todo era por época, cuando se pegaba una canción la ponían una y otra vez. Otra tarde y después de unas semanas entró al bar nuevamente, sonaba otra que le encantó como buen melómano, “Rayito de Luna” cantada por el Trio Los Panchos. Marquito se sentaba en un banco de la plaza cerca al bar y escuchaba las canciones. Recuerda que otra que estuvo de moda era aquella de Lucho Gatica llamada “Reloj” que Marquito cantaba hasta en el baño: “Reloj no marques las horas  porque voy a enloquecer…"Tic, Tac"”. “Te odio y te quiero” de Panchito Riset, “Bésame mucho” de Consuelo Velazquez, entre tantas. Más de un despechado y pasado de tragos lloraba “Sniff, sniff” abrazado a la rockola..

Marquito algunas veces cuando el campanario anunciaba  las  seis de la tarde, ¡talán, talán! regresaba en ocasiones a la plaza, vivía cerca, para escuchar del otro lateral la música que sonaba por los altavoces del cine Capítol  antes del inicio de la función de siete de la noche: “Magia Blanca” cantada por Chucho Avellanet que Marquito  tarareaba ¡tarara, tarara!: “Magia blanca tú tienes, me has hechizado a mí”. Otra imperdible era “Lamento Naufrago” en la voz de Chico “Sensación” Salas oriundo de este pueblo, la canción decía así: “Sobre la arena mojada y bajo el viejo muelle la besé con honda pasión”. Después sonaba un bolero en la voz romántica de Felipe Pirela,  Puerto Cabello. La primera estrofa decía así: “Mi puerto cabello, pedacito de cielo, que acarician las aguas, de estas playas caribe”. Tony Aguilar y “la Cama de Piedra” que al estilo mexicano decía: “De piedra ha de ser la cama, de piedra la cabecera, la mujer que a mí me quiera, me ha de querer de veras, "ay, ay”. Era una tras otra, y no podía faltar Julio Jaramillo, Olimpo Cardenas y Carmen Delia Dipini y tantos otros. Cuando sonaba el timbre anunciando el comienzo del rodaje se terminaba la función musical.

Los sábados y domingo el ambiente de la plaza era amenizado por el popular Macías Martínez, el primer disk jockey que se conocía con su conjunto Los Espejos, allí Marquito escuchaba canciones como “Tu sabes” de Estelita del Llano, cuya letra es así: “Tu sabes que te amo y sabes que te quiero”. “Granada” de Alfredo Sadel, “Piano Merengue” de Damiron, la Sonora Matancera y su nobel cantante Celia Cruz con tantos éxitos, -“Cachito” de Nat King Cole y pare usted de contar. 

Los domingos a las cinco de la  tarde había retreta musical con la banda marcial del estado. Las piezas musicales eran pasodobles, combinados con música de antaño y valses. “Viva España”, el Negrito del Batey y Alma Llanera no podía fallar

Marquito leía en el cancionero las melodías de moda, hasta que Zzz, Zzz se dormía.

Marquito creció, ingreso a la escuela de música y aprendió a tocar el saxofón, formó parte de Orquesta Sinfónica Infantil.

Este relato se acabo, pues el tiempo de la canción terminó!!

sábado, 8 de octubre de 2022

CRISTÍN : EL NARRADOR INFANTIL - N.G.RODRIGUEZ

CRISTÍN : EL NARRADOR INFANTIL

Cristín era un chico que recién acababa de hacer la Primera Comunión, tenía devoción católica y le preocupaba que nadie se interesaba por los sitios históricos y naturales; por eso los días sábados y domingos cuando venían visitantes a su pueblo se instalaba en el altozano de la Iglesia con el fin de ejercer su papel de narrador infantil, se ganaba así unos churupitos para la compra de sus golosinas que compartía con sus hermanos. Ofrecía sus servicios acercándose con decisión y comenzaba su relato sin que le preguntaran: “Este templo fue bendecido definitivamente el 14 de septiembre de 1791 por el Padre Juan José Álvarez de Lugo”, para saber estos detalles Cristin  tuvo que documentarse de un librito que decía Turmero - Documentos Inéditos.  Desde el altozano señalaba la fachada del histórico templo e indicaba  “en lo alto se aprecia a la patrona Virgen de Candelaria y a los lados a San Tiburcio y Santa Ana, los copatrones”. Haciendo alarde de sus conocimientos les explicaba que “en los pequeños nichos se observan los signos de la pasión de Jesucristo, vean el azote, los clavos, el martillo y hasta la vara para humedecer sus labios,  y también la lanza que traspasó su corazón, ninguna Iglesia tiene una fachada como esta”. Mientras los turistas permanecían boquiabiertos mirando hacia el cielo azul, seguía su narración, “Vean la corona de espinas”. Uno de los visitantes le pregunta quién fue el autor de dicha fachada, a lo cual Cristín les refirió que “se desconoce al autor”. Siguió su recitación y les indicó con su dedo índice que “también se observa el símbolo de la Eucaristía con un tabernáculo y dos candelabros, así como el cáliz”. Finalmente les dice que los indígenas están representados en estatuas individuales. Cristín les señala el campanario y el reloj. Les invita a pasar al interior del templo, ingresando por la nave izquierda, allí no podía hablar ¡chsss!, solo señalar y en voz murmurar algo, les muestra la Gruta de la Virgen de Lourdes, con velas encendidas en el piso, que significaban las Ánimas benditas del Purgatorio; les señalo una entrada que daba al sótano y que fue un cementerio “susto”. Más adelante se paró frente a la capilla de la Virgen de Coromoto que se comunica con la Casa Parroquial. Se paraba frente a las imágenes de las Vírgenes, La Merced, la del Carmen, la Inmaculada Concepción, y la capilla del Santísimo Sacramento del Altar, con bancos y lámparas que producían una luz tenue que estimulaban a la oración en silencio. Al final de la nave el altar de Cristo y la Virgen de la Dolorosa. En la nave central, estaba el altar mayor con el Sagrario y la Custodia, arriba la Virgen de Candelaria donada en los primeros años del siglo pasado por el Presidente del Estado Aragua, a los laterales los co patronos Santa Ana y San Tiburcio, en la cúpula resaltaban pinturas al óleo. La Sacristía detrás del altar mayor; así como un depósito de urnas”Uyuyui”.

En el altar del ala derecha estaba San José y la Virgen María, por el pasillo estaba la Imagen de San Antonio de Padua, el Sagrado Corazón de Jesús, la Santísima Trinidad, San Francisco de Asís y El Nazareno.  A la entrada por el portón derecho estaba el bautisterio con la pila bautismal y un Ángel en bronce puro donado por el Presidente Guzmán Blanco. Se destacaba un óleo sobre la pared de Juan el Bautista y Jesús recibiendo el bautizo en el Jordan. La iglesia está adornada con lámparas en sus tres naves. El pulpito ubicado en la columna central a mano izquierda. Dos confesionarios, uno en cada lado. Arriba se observa la inscripción JHS y los vitrales de colores. En la parte alta a la entrada esta la sala de música con un órgano de viento.

Al finalizar el recorrido, la familia daba la propina a Cristín, el narrador infantil.

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