EL NIÑO JESUS: Nochebuena de navidad
Eran como las 7 de la mañana,
Ángel y Néstor habían regresado de la última misa de aguinaldo del pueblo. Oh sorpresa!!, al llegar a casa se encontraron con unos parranderos en el zaguán con instrumentos musicales como el cuatro, las maracas, el tambor, el furruco (con
una vara alta con banderita), la charrasca y otros instrumentos, con una bandera que los identificaba, vestían franela amarilla y
tenían una pañoletas rojal en el cuello y decían Pom…Pom…Pom: “Somos la
Parranda Candelaria de Turmero// Somos la Parranda Candelaria de Turmero//Damos
los buenos días con sincera amistad, Pom…Pom //Venimos a cantar con mucho esmero// para
desearles una feliz navidad// para desearles una feliz navidad//”.
Así seguían con sus versos
improvisados. El padre buscó una botellita de pecho cuadrado que les obsequio.
Los parranderos, algunos ya pasados de trago hip…hip, así como llegaron se
fueron después de sus interpretaciones.
Augusto, el padre, le pidió
disimuladamente a los niños, la carta al niño Jesús, donde pedían su regalo, esto
para corroborar sus deseos. La carta debería ser colocada en sus zapatos nuevos debajo de
la cama. Ángel no vaciló, la bicicleta
era la primera opción. Y con mucha picardía le dijo al Padre: Dile al Niño
Jesús que no se equivoque. La lista se agrandó cuando pidió un guante béisbol y
agrego también un balón de fútbol. Para Néstor no había dudas, el Triciclo fue
la escogencia, también le comentó al Padre, ojo Papá, dile al Niño Jesús que es
un Triciclo de los grandes; agregó un camión volteo de batería y una pista de
carreras de carro.
Durante el día esperaron
ansiosos, observando los movimientos del padre. Había algarabía en la casa,
llegaron algunos familiares y se preparaban para la cena de navidad.
Las hallacas de la abuela estaban listas, más de doscientos se hicieron en total para estos días navideños, también se elaboraron más de medio centenar de bollos. La ensalada de gallina y el pernil al horno. El dulce de lechosa y el quesillo no faltarían, el pan de jamón debe buscarse en la tardecita en la panadería del Señor Magallanes. El Ponche crema no podía faltar, así como el vino y otras bebidas. Se calculaba un total de 30 comensales entre familiares y algunas amistades.
Las hallacas de la abuela estaban listas, más de doscientos se hicieron en total para estos días navideños, también se elaboraron más de medio centenar de bollos. La ensalada de gallina y el pernil al horno. El dulce de lechosa y el quesillo no faltarían, el pan de jamón debe buscarse en la tardecita en la panadería del Señor Magallanes. El Ponche crema no podía faltar, así como el vino y otras bebidas. Se calculaba un total de 30 comensales entre familiares y algunas amistades.
La radio todo el día estuvo sonando. El tocadiscos con su cantante
agujita no dejo de entretener. Se destacaban los villancicos y aguinaldos: “Fuego
al cañón//Fuego al cañón//para que respeten nuestro parrandón// (Niño
chiquitito//Niño parrandero (bis…”.
Las flores de navidad no podían
faltar adornado la casa y la mesa.
En medio de la bulla todos
recordaban que los 24 de diciembre se celebra el nacimiento de Jesús de
Nazaret, era un día de creencia religiosa. A la misa de media noche asistieron
algunos de los familiares, era animada con música de aguinaldos y fuegos
artificiales.
Después de la cena, los niños
fueron acostados y la mamá Edita apagó la luz, clic. Estos dormían con un ojo abierto
y otro cerrado. Hasta que el sueño los venció. Antes que el sol saliera ya
estaban despiertos y asombrados se percataron que el niño Jesús les había
dejado sus regalos. Emocionados gritaban y jugaban. Todo era alegría. Así eran las navidades.
Ahora a esperar la llegada del Año Nuevo y de los
Reyes Magos.
FELIZ NAVIDAD!!
FELIZ NAVIDAD!!
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