BOY SCOUT
Esta actividad que busca el desarrollo
físico, espiritual y mental para los jóvenes se había difundido por todo el
mundo. En mi pueblo un grupo de muchachos bajo la coordinación del Guía Pedro
Marín se había instalado en un campamento privado que había sido cedido para
realizar las prácticas. Los muchachos acudían invitados por otro para iniciarse
en los boy scout. Aquel día acudió Manuel Alfredo, su Padre lo acompaño, era un
niño de diez años, su emoción inicial se basaba en aprender algunas nociones de
sobre vivencia. Fue recibido por sus amigos bajo la sombra de un cotoperiz,
observó una carpa grande y varios instrumentos de campaña. A los pocos minutos,
el guía Pedro Marín los invito a una charla informativa. Les dijo que ser Boy
Scout significa una filosofía de vida donde se enseña el respeto por la
naturaleza, la tolerancia, la igualdad, el compañerismo, la actividad física y
la capacidad de superar adversidades y comodidades. Les explicó que los
participantes se agrupan en secciones por edades. Los Castores de 5 a 7 años y Lobatos de 7 a 11 años, la Unidad Scout es de de
11 a 14
años. Los caminantes son los scout que tienen entre 14 y 17 años. Los
compañeros cuando su edad esta comprendida entre 17 y 21 años. A partir de los
21 años, los scouters utilizan el lema “Siempre listos para servir”. Manuel Alfredo escucho con atención los
relatos, sobretodo cuando se refirieron a los uniformes, pantalón corto y
camisa manga corta, ambas de tela caqui. Llevaban un pañuelo rojo anudado
alrededor del cuello. Las insignias de tela las vendía el guía. Uno de los aspectos más importantes
de la simbología scout es el saludo. El scout saluda con la mano derecha
levantada, haciendo un determinado gesto que ya ha sido explicado. Normalmente,
al darse un apretón de manos se utiliza la mano derecha
pero al estar ocupada con el saludo scout, se utiliza la izquierda para ello. Al
estrechar la mano izquierda, el dedo meñique se entrelaza con el otro scout. El
significado de este gesto es doble: Usamos la mano izquierda, que es la más
próxima al corazón, y entrelazamos el meñique como símbolo de hermandad y
unión. Al final de la charla que duro más de una hora, el Guía les dijo:
“Llévense esta planilla de ingreso, debe ser firmada por su Padre o
Representante, allí aparece un listado de los implementos necesarios. El sábado
a las ocho de la mañana abriremos el curso básico, quienes estén dispuestos, serán
bienvenidos al Grupo Scout, hasta el sábado”.
Dentro de las herramientas había que
comprar un cuchillo con asa y con su protector de cuero, un hacha o machete
pequeño y una cantimplora metálica. Lo demás se compraría poco a poco. Los Boy
Scout usan un morral de expedición y dentro llevan menajes para comida,
linterna, cuerdas, cobijas y otros utensilios. Manuel Alfredo y sus amiguitos llegaron
a la hora indicada, fueron colocados en círculo alrededor del Guía, este les
enseñó su banderín de patrulla verde con el nombre de “Vencedores”, les tomaron
juramento: "Prometo por mi honor, y con la ayuda de Dios, hacer cuanto de mí
dependa para cumplir mis deberes para con Dios y la Patria , ayudar a mi prójimo
en toda circunstancia y cumplir fielmente la Ley scout".
Las primeras clases las dedicaron al curso de sobrevivencia en la montaña, les
enseñaron los nudos de salvamento y prácticas de camuflaje. Al final del día
estaban agotados, debían retirarse a sus casas. Manuel Alfredo estaba sentado
en un tronco de árbol cerca del campamento, las botas de excursionista estaban
llenas de tierra, se veía que la jornada fue fuerte. A las cuatro de la tarde
llegó su Papa y juntos salieron, el le pasó el brazo por la espalda.
Manuel
Alfredo le contó a su Padre todo lo realizado, su Padre notó que su hijo había
tenido un cambio radical, estaba mas sereno, mas alegre, muy entusiasmado. Los
valores del compañerismo, de la disciplina y del respeto a la naturaleza eran
rasgos de una nueva visión de la vida.
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