jueves, 25 de diciembre de 2014

LLORANDO AL MUERTO - RECUERDOS DE LA INFANCIA - N.G.RODRIGUEZ

LLORANDO AL MUERTO

Estábamos en la escuela, el cura le avisó a Nelsón  el Sacristán, que había un entierro esa tarde, Nelsón me invitó, me dijo que me ganaría dos bolívares y eso era bastante, la entrada del cine y quedaba para chucherías, le dije que sí.
A las tres de la tarde nos conseguimos en la iglesia, fuimos a la sacristía y Nelsón, Pirulo y yo, nos íbamos a colocar la vestimenta, Nelsón abrió el escaparate y pude observar los distintos trajes y colores, me dio una sotana negra y un roquete blanco, por primera vez me la puse, me quedaba todo grande y estaba limpia. La vestimenta de Nelsón como Sacristán Principal era mas lujosa y nueva.  Luego buscamos los candelabros y la Cruz que llevaría Nelson. Los candelabros tenían velas, la cruz era larga. El Párroco  llamado El Padre Pedro tomó su Sotana y demás atuendos, incluyendo su libro.  Nos vinieron a buscar en un auto y nos fuimos a la casa donde se velaba al muerto.
Llegamos a la hora puntual, los allegados estaban fuera y dentro de la casa donde fue el velatorio, entramos y estaba nervioso, por primera vez participaba en un acto fúnebre, apenas entro el sacerdote, se escucharon los llantos ¡Bua, Bua! de los familiares con mayor fuerza, esto nos hacia pensar que estábamos en un momento crucial. Llegamos a la sala principal, nos colocamos frente al muerto y el Padre al otro lado del féretro, una de las nietas se lanzó llorando ¡Bua, Bua! sobre la urna, no aguante mucho, mis lágrimas brotaron ante el sollozo generalizado, me seque las lágrimas disimuladamente, se escuchaban hasta gritos ¡Ay,Ay! alusivos al momento. El Padre comenzó a rezar , el sacristán contestaba en latín, el silencio se apoderó del ambiente, el sacerdote leyó un párrafo de la biblia y la calma se hizo mayor cuando dijo: «Al paraíso te lleven los ángeles. A tu llegada te reciban los mártires y te introduzcan en la ciudad santa de Jerusalén. El coro de los ángeles te reciba y, junto con Lázaro, pobre en esta vida, tengas un descanso eterno». «Descanse en paz. Amén».
Fuimos a pie hasta la Iglesia para el responso final, con las velas encendidas hicimos el recorrido, el trabajo no era fácil, estuvimos mas de dos horas en esto. Me había graduado de aprendiz de monaguillo. Al terminar la jornada recibí mis dos bolos y desde este evento comencé mi carrera de monaguillo. Fui citado para el día siguiente. Ahora tendría que ayudar en las misas.

Depósito Legal
Derechos Reservados al  Autor



No hay comentarios:

Publicar un comentario