FUSILAO
Los muchachos
entre 10 y 14 años se congregaban en las tardes y días libres alrededor de la abandonada
“Casa del Kinder” ubicada en la lateral derecha de la Iglesia del pueblo. Por
este salón de clases pasaron muchos niños, fue un Kinder emblemático de la
población, por falta de presupuesto estaba abandonado, la pared del fondo
contenía un mural con las letras del abecedario e imágenes de animales y
objetos que ejemplarizaran cada una de las letras, la “A” de Águila, la “B” y
un burro dibujado, la “C” de Camello, la “Ch” de Chimpancé, la “D” de Dado,
pasando por la “R” de Ratón, la “X” de un instrumento musical llamado Xilófono
hasta la “Z” de Zapato. Este mural de pared era muy instructivo, estaba pintado
de todos los colores. Se complementaba con las letras vocales, los números del
uno al diez y las notas musicales. Un árbol de níspero inmenso daba la sombra
suficiente para albergar a los niños jugando trompo, metra o cualquier juego
popular. En el piso de entrada lateral de la Iglesia se dibujaban el avión y la semana con
tiza para que las niñas jugaran. Los baños desvalijados estaban ubicados en la
parte de afuera del salón así como el tanque de agua elevado que estaba seco.
El salón del Kinder estaba cerrado, los pupitres de madera y la cátedra
metálica de la Maestra
estaban destartalados.
Este patio grande
del Kinder servía para jugar de todo, lo muchachos jugaban pelota de goma, las
bases eran los árboles y el home estaba ubicado debajo de la mata de almendrón,
con la misma pelota de goma jugaban los niños “Fusilao”. (Este tipo de juego es
catalogado como violento, no es recomendable jugarlo, lo explicado solo es a
titulo referencial). Este juego implicaba la participación de
varios muchachos, cinco, seis o mas. Aquella mañana estaban José, Francisco (El
Gordito Pancho), Vicente, Carlos, Rafael, Nelson, Eduardo (El Portu) y Perucho.
Así era como jugaban estos chicos. Los muchachos dibujaban con tiza un cuadrado
en el piso dividido en tantas partes como jugadores, a cada cuadrito se le
asignaba un número y cada jugador representaba dicho número. Tomaban una piedra
de laja y a una distancia como de cinco metros se lanzaba la piedra, si la
piedra caía en el cuadrito con el número 3 y este número había sido asignado a
Perucho, por ejemplo, Perucho tomaba la pelota de goma que se ubicaba en un
lateral del cuadrado, mientras los demás competidores salían corriendo por la
derecha para darle la vuelta a la
Casa del Kinder, sí Perucho lanzaba la pelota y lograba
pegarle a “El Portu”, este debía tomar la pelota y hacer lo propio hasta llegar
al sitio de partida. El que mas corría llegaba más rápido, por eso los más
lentos eran los perjudicados. “El Portu” recuperó la pelota y cuando “El
Gordito Pancho” daba la última curva fue impactado por la pelota en una pierna,
la recuperó pero no tuvo tiempo. “El Gordito” era la sopita por razones obvias.
El que se quedaba con la pelota en la mano era llevado al paredón. Se colocaba
de espalda en la pared donde estaban las letras y a una distancia de 20 metros
aproximadamente, recibía los lanzamientos de cada participante, algunos lo
impactaban y otros no por la mala puntería.
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