miércoles, 10 de diciembre de 2014

EL PELOTERO LOCO


Eran las 10 de la mañana, los aficionados se fueron ubicando en los bancos ubicados detrás del plato y en las líneas hacia la primera y tercera base. Una cerca de alambre protegía a las personas. El juego aficionado entre Alianza y Cerveceros estaba a punto de comenzar. Los jugadores uniformados hacían los calentamientos previos. El equipo Cerveceros que venía de la capital de la República tenía como atractivo que jugaban cuatro hermanos. En la cueva de los jugadores se podían observar a los recoge bates que eran niños hijos de algún pelotero o fanático. En ese momento hacen acto de presencia en el terreno lindas muchachas con sendas bandas colocadas con el nombre de “Madrina”, los peloteros se colocaron en la línea de cal y el anunciador con micrófono en mano señala que los organizadores del evento han invitado al popular Francisco Nieto, mejor conocido como “La Escoba” por su forma limpia de atrapar las pelotas e insigne campo corto en la década pasada, para que haga el lanzamiento inicial del partido. Los manager presentan sus alineaciones, el arbitro aclara algunas condiciones de terreno e inmediatamente el arbitro da la voz de inicio del juego.¡¡¡Playyy balllll !!!
En la tribuna estaba la plana mayor encabezada por el Señor Melquíades, propietario de la panadería y primer promotor del equipo local, lo acompañaban otros colaboradores del equipo que se encargaban de los uniformes y de la compra de guantes, bates, pelotas y otros aperos.
En el mismo primer capitulo los jugadores batearon cuatro jonrones. Dos por cada equipo, el primero en hacerlo fue Luís Manuel Carrasco, segundo bate del equipo visitante, quien sonó una línea que sobrepasó la cerca de alambre de púas del jardín izquierdo, el público aplaudía plas…plas…plas, pero callado; su hermano Domingo hizo lo propio entre el jardín central y el izquierdo, el ambiente era de silencio con murmullos shhhh…shhhh. El estelar lanzador de los locales no comprendía aquella situación y habló en dos oportunidades con el receptor.  Los de la casa, no se quedaron atrás, al primer lanzamiento del zurdo Ollarves, el segunda base José Piñero sacó la bola de jonrón, el público aplaudió  plas…plas…plas y luego el cuarto bate “El Zurdo” Caballero, quien defiende la primera base, dio un batazo laberintico por la parte derecha del estadio, todos los vuela cercas se habían conectado sin gente en base. Todo transcurrió bajo amenazas por ambos lados. “El Gordo” Rojas de la “Alianza” fue puesto out en segunda al tratar de extender un sencillo. Un doble out en la quinta entrada dejó las bases congestionadas para los visitantes. A medida que avanzaba el juego, los lanzadores estaban más herméticos y dominadores, el arbitro cantaba: STRIKE TRI - OUT. En la sexta entrada el juego se paralizo, una manada de ganado, muuuu….muuuuuu….mmmuuuuu , atravesó el campo de norte a sur. La lluvia amenazó pero solo se detuvo el juego unos minutos. Yo estaba sentado en los bancos de la derecha, mas a allá de la tercera base. Tenía unos ocho años, uno de los batazos fuera del área de juego, había pasado por encima de los aguacatales hacia el cambural. Una mas que otra dama había asistido al partido, con preocupación por el juego que estaba empatado a dos carreras, los hombres inhalaban fuertemente sus cigarrillos. En la sexta entrada los visitantes se fueron arriba por una carrera, un sencillo por encima de la almohadilla de segunda, un toque de bola y un tiro desviado puso al hombre en la tercera. De allí fue remolcado con un elevado de sacrificio al jardín central. Los lanzadores estaban intraficables, algunas amenazas se sucedían, en el séptimo de la suerte los de casa hicieron una fuerte amenaza, “El Gato” Luis Galavis se  embasó con hit a la derecha, posteriormente con dos out llega a tercera, con otro cohete del receptor Andrés Bellorín a la pradera derecha. Lamentable no hubo remolque y solo fue una amenaza.
En el jardín central se destacaba una casa grande con techo de zinc, pregunte que había allá y mi hermano Guillermo me explicó que allí era donde mataban al ganado para procesarlo y distribuir la carne para el consumo humano. Observé a lo lejos, que unos ganados estaban dentro de los corrales. Un hombre estaba sentado viendo el juego, era el vigilante, pregunté al Tío Tomas que nos acompañaba como funcionaba En el Matadero, según me explicó entre entrada y entrada, todo se realiza con la presencia de fiscales del ministerio responsable, las reses se lavaban primero para evitar contaminación, luego el matarife se encarga de sacrificar al animal al punzar el hueso frontal, luego viene el degüello y se produce el desangrado, la sangre es recogida, el animal es descornado y desollado y con otros ayudantes separan las partes de los animales. El cuero, que tiene gran valor,  se retira con mucho cuidado para ser vendido al igual que las vísceras y demás restos.  De vez en cuando ingresaba un camión cargado de ganado y descargaba, como era domingo no había matanza.
Ya estábamos en el capitulo final, el juego estaba tres por dos a favor de los visitantes, los fanáticos estaban impacientes y con sus gritos y arengas, estimulaban a su equipo a ganar. El duelo de lanzadores se mantenía desde el inicio, El primero y segundo bateador del cierre del noveno habían fallado, el tercer bateador logró sacarle un boleto en la cuenta máxima, le tocaba el turno al lanzador y el manager tomó una decisión trajo un emergente, trajo al  “Loco” Nelson Brito, este era un jugador arrebatado, le tiraba a todo, como era fornido, si la agarraba la desaparecía. Rápidamente abanicó dos lanzamientos y se puso a punto de ser ponchado.

El coach de bateo llamó al ´”Loco” Nelson, este y su hermano habían venido de refuerzo, eran unos muchachos de 16 y 17 años, naturales de Turmero, el mas joven Eduard estaba jugando desde el principio del juego, había conectado hit y doblete. El coach le dijo al  "loco" que tuviera calma, que solo tratara de batear las bolas en zona buena. El tirador hizo dos lanzamientos malos tratando de que se fuera con ellos. Estando en 2 y 2, con dos out, el lanzador trató de pasarlo con una recta por el medio de más de noventa millas, “El Loco” se fue con ella y le dio en el centro, la pelota subió y subió había pasado por encima del techo del Matadero ubicado en el campo central. El público se levantó de los asientos y brincaba de alegría, GRITABAN Jonrón…jonrón…la bola se había ido del campo, era un vuelacercas, “El Loco” corría las almohadillas rápido y al llegar al plato los compañeros lo esperaban, había logrado la hazaña, era el héroe del partido, nadie se lo creía, su equipo había ganado en buena lid. Todavía están buscando la pelota. De repente sonaron los cohetes,punk…punk, la música sonó a todo volumen y aquello fue una algarabía. Entre abrazos y palmadas “El Loco” a la cueva, se sentó y vio hacia el campo de juego, no podía creerlo. Mirando al cielo azulado, le dio gracias a Dios, posiblemente ahora si podría ser regular en la alineación. Inclinó su cabeza sentado con los brazos en las rodillas, sintió un líquido frió sobre su nuca, sus compañeros brindaban con cerveza y le echaban espumante como si hubieran ganado el título. A la bin, a la bin bon ban,  El Loco” rarara, gritaban todos los presentes.  
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