Eran
las 10 de la mañana, los aficionados se fueron ubicando en los bancos ubicados
detrás del plato y en las líneas hacia la primera y tercera base. Una cerca de
alambre protegía a las personas. El juego aficionado entre Alianza y Cerveceros
estaba a punto de comenzar. Los jugadores uniformados hacían los calentamientos
previos. El equipo Cerveceros que venía de la capital de la República tenía como
atractivo que jugaban cuatro hermanos. En la cueva de los jugadores se podían
observar a los recoge bates que eran niños hijos de algún pelotero o fanático.
En ese momento hacen acto de presencia en el terreno lindas muchachas con
sendas bandas colocadas con el nombre de “Madrina”, los peloteros se colocaron
en la línea de cal y el anunciador con micrófono en mano señala que los
organizadores del evento han invitado al popular Francisco Nieto, mejor
conocido como “La Escoba ”
por su forma limpia de atrapar las pelotas e insigne campo corto en la década
pasada, para que haga el lanzamiento inicial del partido. Los manager presentan
sus alineaciones, el arbitro aclara algunas condiciones de terreno e
inmediatamente el arbitro da la voz de inicio del juego.¡¡¡Playyy balllll !!!
En la
tribuna estaba la plana mayor encabezada por el Señor Melquíades, propietario
de la panadería y primer promotor del equipo local, lo acompañaban otros
colaboradores del equipo que se encargaban de los uniformes y de la compra de
guantes, bates, pelotas y otros aperos.
En el
mismo primer capitulo los jugadores batearon cuatro jonrones. Dos por cada
equipo, el primero en hacerlo fue Luís Manuel Carrasco, segundo bate del equipo
visitante, quien sonó una línea que sobrepasó la cerca de alambre de púas del
jardín izquierdo, el público aplaudía plas…plas…plas, pero callado; su hermano
Domingo hizo lo propio entre el jardín central y el izquierdo, el ambiente era
de silencio con murmullos shhhh…shhhh. El estelar lanzador de los locales no
comprendía aquella situación y habló en dos oportunidades con el receptor. Los de la casa, no se quedaron atrás, al
primer lanzamiento del zurdo Ollarves, el segunda base José Piñero sacó la bola
de jonrón, el público aplaudió plas…plas…plas
y luego el cuarto bate “El Zurdo” Caballero, quien defiende la primera base,
dio un batazo laberintico por la parte derecha del estadio, todos los vuela
cercas se habían conectado sin gente en base. Todo transcurrió bajo amenazas
por ambos lados. “El Gordo” Rojas de la “Alianza” fue puesto out en segunda al
tratar de extender un sencillo. Un doble out en la quinta entrada dejó las
bases congestionadas para los visitantes. A medida que avanzaba el juego, los
lanzadores estaban más herméticos y dominadores, el arbitro cantaba: STRIKE TRI
- OUT. En la sexta entrada el juego se paralizo, una manada de ganado, muuuu….muuuuuu….mmmuuuuu
, atravesó el campo de norte a sur. La lluvia amenazó pero solo se detuvo el juego
unos minutos. Yo estaba sentado en los bancos de la derecha, mas a allá de la
tercera base. Tenía unos ocho años, uno de los batazos fuera del área de juego,
había pasado por encima de los aguacatales hacia el cambural. Una mas que otra
dama había asistido al partido, con preocupación por el juego que estaba
empatado a dos carreras, los hombres inhalaban fuertemente sus cigarrillos. En
la sexta entrada los visitantes se fueron arriba por una carrera, un sencillo
por encima de la almohadilla de segunda, un toque de bola y un tiro desviado
puso al hombre en la tercera. De allí fue remolcado con un elevado de
sacrificio al jardín central. Los lanzadores estaban intraficables, algunas
amenazas se sucedían, en el séptimo de la suerte los de casa hicieron una fuerte
amenaza, “El Gato” Luis Galavis se
embasó con hit a la derecha, posteriormente con dos out llega a tercera,
con otro cohete del receptor Andrés Bellorín a la pradera derecha. Lamentable
no hubo remolque y solo fue una amenaza.
En el
jardín central se destacaba una casa grande con techo de zinc, pregunte que
había allá y mi hermano Guillermo me explicó que allí era donde mataban al
ganado para procesarlo y distribuir la carne para el consumo humano. Observé a
lo lejos, que unos ganados estaban dentro de los corrales. Un hombre estaba
sentado viendo el juego, era el vigilante, pregunté al Tío Tomas que nos
acompañaba como funcionaba En el Matadero, según me explicó entre entrada y
entrada, todo se realiza con la presencia de fiscales del ministerio
responsable, las reses se lavaban primero para evitar contaminación, luego el
matarife se encarga de sacrificar al animal al punzar el hueso frontal, luego
viene el degüello y se produce el desangrado, la sangre es recogida, el animal
es descornado y desollado y con otros ayudantes separan las partes de los
animales. El cuero, que tiene gran valor,
se retira con mucho cuidado para ser vendido al igual que las vísceras y
demás restos. De vez en cuando ingresaba
un camión cargado de ganado y descargaba, como era domingo no había matanza.
Ya
estábamos en el capitulo final, el juego estaba tres por dos a favor de los
visitantes, los fanáticos estaban impacientes y con sus gritos y arengas,
estimulaban a su equipo a ganar. El duelo de lanzadores se mantenía desde el
inicio, El primero y segundo bateador del cierre del noveno habían fallado, el
tercer bateador logró sacarle un boleto en la cuenta máxima, le tocaba el turno
al lanzador y el manager tomó una decisión trajo un emergente, trajo al “Loco” Nelson Brito, este era un jugador
arrebatado, le tiraba a todo, como era fornido, si la agarraba la desaparecía.
Rápidamente abanicó dos lanzamientos y se puso a punto de ser ponchado.
El
coach de bateo llamó al ´”Loco” Nelson, este y su hermano habían venido de refuerzo, eran unos muchachos de 16 y 17 años, naturales de Turmero, el mas joven Eduard estaba jugando desde el principio del juego, había conectado hit y doblete. El coach le dijo al "loco" que tuviera calma, que solo
tratara de batear las bolas en zona buena. El tirador hizo dos lanzamientos
malos tratando de que se fuera con ellos. Estando en 2 y 2, con dos out, el
lanzador trató de pasarlo con una recta por el medio de más de noventa millas,
“El Loco” se fue con ella y le dio en el centro, la pelota subió y subió había
pasado por encima del techo del Matadero ubicado en el campo central. El
público se levantó de los asientos y brincaba de alegría, GRITABAN Jonrón…jonrón…la
bola se había ido del campo, era un vuelacercas, “El Loco” corría las
almohadillas rápido y al llegar al plato los compañeros lo esperaban, había
logrado la hazaña, era el héroe del partido, nadie se lo creía, su equipo había
ganado en buena lid. Todavía están buscando la pelota. De repente sonaron los cohetes,punk…punk, la música sonó a
todo volumen y aquello fue una algarabía. Entre abrazos y palmadas “El Loco” a
la cueva, se sentó y vio hacia el campo de juego, no podía creerlo. Mirando al
cielo azulado, le dio gracias a Dios, posiblemente ahora si podría ser regular
en la alineación. Inclinó su cabeza sentado con los brazos en las rodillas,
sintió un líquido frió sobre su nuca, sus compañeros brindaban con cerveza y le
echaban espumante como si hubieran ganado el título. A la bin, a la bin bon
ban, El Loco” rarara, gritaban todos los
presentes.
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