Jorge era el
mayor de aquella pandilla de muchachos cuyas edades no pasaban de los doce
años. El había dicho al grupo que Salvador y Carlos tenían una forma de
colearse para entrar a la función del cine sin pagar. Se trataba de ingresar al
Cine Royal por la casa ubicada detrás de la pantalla que estaba desocupada y
cuya pared tenía un hueco por donde podrían pasar. El Cine Royal se
especializaba en películas mexicanas, tenía tres tipos de localidades, el balcón
ubicado en la parte de atrás y tenía un centenar de butacas, la preferencia
estaba en la parte baja y tenía unas doscientas butacas y en la parte delantera
se ubicaba la zona de bancos, que llamaban el gallinero. El aforo de esta zona
era de trescientas personas. Al fondo
estaba la pantalla y detrás de la pantalla estaban ubicadas las casas. El cine
Royal pasaba una sola función al día que comenzaba a las siete de la noche,
aquel día había mucha gente, estaban pasando la última película de Pedro
Infante, “El Inocente” donde actuaba de pareja con la bellísima Silvia Pinal.
La hora recomendada por Jorge y Salvador para colearse era precisamente al
momento de iniciarse la propaganda y los cortos. Allí estaban unos cinco
muchachos más, el más pequeño se llamaba Vicentico y como cualquier inocente,
como el nombre de la película, estaba allí sin permiso de sus Padres y menos
para aquella aventura. Otro grupo de cuatro muchachos mas grandes estaba del
lado izquierdo y pasarían brincando la pared, no había otra forma. El Señor
“Lino”, el vigilante estaba ubicado en medio del cine, porque cuidaba otra
situación, las personas que compraban para gallinero se pasaban en cualquier
descuido para preferencia. Cuando apagaron las luces, zuassss, Jorge paso agachado y
todos los demás lo siguieron, en menos de un dos por tres estaban ubicados en
los bancos, en distintas filas. No obstante ello, el Señor “Lino” se percató
del hecho de la pared y logró capturar a uno de los coleados, que lo acompaño
hasta la salida.
“En esta película en blanco y negro, la protagonista, después de
pelearse con su novio en la noche de Año Nuevo, la millonaria y caprichosa Mané
(Silvia Pinal) sale furiosa rumbo a Cuernavaca para encontrarse con sus padres.
El auto se le descompone en la carretera y la joven tiene que pedir ayuda en el
taller donde trabaja el mecánico "Cruci" (Pedro Infante). Tras
comprobar que la avería es grave, "Cruci" ofrece llevar a Mané de
vuelta a México. Al llegar a su casa, la joven invita al mecánico a celebrar el
Año Nuevo sin imaginarse que la inocente velada terminará en un matrimonio
forzado”. Durante setenta minutos se disfrutó de la película. Jorge y Salvador,
unos muchachos muy listos y con mañas muy atrevidas, encendían sus cigarrillos
mentolados. En medio de la película, hubo un apagón eléctrico y se paralizo la
función por diez minutos, la falla era interna, se habían ido los fusibles.
Para Vicentino la película era divertida pero no era para su edad, mas se
divirtió con los cortos de la próxima función llamada “El Beisbolista Fenómeno”
con Adalberto Martínez, alias
“Resortes”. Los muchachos habían llevado algunas provisiones de caramelos y
chocolates. Al terminar la función, los muchachos salieron apuraditos por un
lateral del callejón, eludiendo encontrarse con el vigilante y con el portero
porque estos no habían ingresado legalmente.
Vicentico tuvo
que decir la verdad al llegar a su casa, sus Padres lo estaban esperando en la
puerta y fue sentado en el banquillo de los acusados. Pidió perdón a sus Padres
y se arrepintió de tener malas juntas. Fue castigado con prohibición de jugar
en las tardes con sus hermanos y amigos durante una semana. Tampoco podría
salir después de las seis de la tarde. Su Padre quedó en buscar al Papá de
Jorge para explicarle de sus andanzas. .
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