lunes, 8 de diciembre de 2014



EL NIÑO DE GOMA


Todos los niños tenían entre diez y catorce años. Estudiaban en la escuela del pueblo o habían ingresado ya a secundaria. Por dentro tenían todos la vocación de pelotero. El menor de la partida se llamaba Fernando, estudiaba quinto grado, un día cualquiera llegó a la escuela, en el recreo los muchachos se ponían a jugar en el patio sin guantes y con pelota de goma. Fernando estaba en la primera base de aquel partido improvisado y jugaba como lo hacia en el patio de su casa, de repente lo abordó “El Catire” Delfín y “El Gallito” Luís, lo invitaron a una practica que se efectuaría a las tres de la tarde en el campo de La Encrucijada para probarlo porque necesitaban un sustituto de “Media lengua” que estaba lesionado y el campeonato Ínter escolar comenzaba el próximo sábado. Fernandito llegó a su casa al mediodía y le contó a su Mamá y a su hermano Filiberto quien se ofreció a llevarlo. Cuando llegaron al campo el manager, “El Profe” como le decían al Profesor de educación física, llamó a Fernandito y le dio el guantín alargado, y le dijo: “calienta el brazo y ubícate en la primera a ver si es verdad que tu coges pelota”. Cada uno de los jugadores ocupó su posición y “El Profe” comenzó a fondear y los disparos enviados a primera fueron recibidos con cierta comodidad. “El Profe” le bateo varios roletazos al pequeño Fernandito, este se defendió como pudo, algunos dieron en su guantín y pudo recuperar la pelota, alguno que otro era pifiado, pero en general el “Profe” estaba bastante satisfecho. Después vino la práctica de bateo, “El Profe” se paró cerca del plato para saber si aquel muchachito de menor edad que los demás y mas chiquito, era capaz de batear la bola. A duras penas Fernandito podía batear los rápidos envíos de los lanzadores. Sin embargo hacia contacto y tenía buena mecánica, los batazos no iban muy lejos. Le hicieron correr las bases, lanzarse en las bases y le dieron algunas indicaciones. Al terminar la práctica, “El Profe” llamó a Fernandito y le dijo: Bueno mijo, vas a jugar en el equipo, el campeonato comienza este sábado, búscame mañana para entregarte el uniforme”. Le dio una palmadita y se despidió. Fernandito salió corriendo donde su hermano y se abrazaron emocionados.
A las nueve y media de la mañana del sábado, el campo deportivo de la Escuela Granja estaba lleno, seis equipos se disputaban la copa del III campeonato Inter escolar, hubo un desfile y cada equipo llevo su madrina, la mañana asoleada estaba adecuada para jugar béisbol. La Escuela Rural jugaba seguro porque era el equipo sede, de los visitantes había que escoger uno, se introdujeron los papelitos en una bolsa y la madrina del equipo local introdujo su mano y …dijeron en voz alta: “La Democracia” y todos saltaron de alegría. Cada equipo toma su lugar debajo de los árboles, se sacan los implementos y comienza la fase de calentamiento. Por el equipo del patio lanzaría “El Gringo” Rojas, un espigado joven de catorce años con pinta de profesional y dentro de sus jugadores estrellas estaba Carlos Duran, un receptor prospecto de liga profesional. Hay que hacer notar que los jugadores del equipo de la Escuela Granja eran mayores porque tenían un nivel académico adicional. Las barras de los equipos animaban a sus jugadores.  En el primer acto “Los Demócratas” recibieron tres ponches y saltaron al terreno de juego con ilusiones de ganar. Velásquez era el receptor, Mares el lanzador, Fernándito en la primera con el número 12 en la espalda, Darwin en la segunda, “Gallito” en el campo corto, “El Delfín” en tercera, “El Gago” en la derecha, Castro en el centro y Reverón en la izquierda. Uno de los bateadores de “La Rural” bateo por tercera y “El Delfín” lanzó a segunda buscando la jugada de doble out con pivote del camarero quien lanzó a primera y Fernandino abrió las piernas para estirar el cuerpo y completar la jugada. Una persona del público comentó, “ese niño como que es de goma”.      
Cada uno de los bateadores que se enfrentaba al  “Gringo” Rojas era ponchado, ocho ponches en fila, Fernandino, noveno bate, que estaba en el circulo de espera se dirigió a la caja de batear, se colocó a la mano derecha, se persigno y se dispuso a tomar su turno, calzaba zapatos de goma tipo botín, medias azules altas y un uniforme grisáceo con rayas azules muy ancho que se notaba haber sido usado en varias ocasiones, la gorra era azul oscuro con una “D” Mayúscula al frente, levantó la mirada y observó las señales de “El Profe” quien le dijo que aguantara uno. El juego estaba cero a cero en el tercer capitulo. El “Gringo” vino por el medio pero pegado, volvió a lanzar fuertemente en la esquinita de afuera y el árbitro cantó ¡strike one!. En cuenta de uno y uno, el lanzador lanzó dos bolas altas. Vino nuevamente por el centro y Fernandino soltó el bate dando un faul en elevado por la tercera que pegó contra los frondosos árboles. La barra animaba a Fernandino, se volvió a colocar delante del plato y se fue con una recta bajita, solo le puso el bate y una línea salio por encima de la almohadilla de segunda, todos quedaron petrificados, el mas pequeño en estatura, aquel “Niño de goma” como bautizaron los fanáticos a Fernandito, había dado el primer inatrapable del partido. La Barra de “La Democracia” salto de alegría gritando ¡Fernandito…Fernandito!. Esta no llegó a mucho, Darwin bateo un elevado a la intermedia.

El juego continuo cerrado, Mares estaba intraficable, la curva de tirabuzón le rompía magistralmente, el cambio de velocidad engañaba a los temibles bateadores de “La Rural”. En la quinta entrada “La Rural” se fue arriba, una base por bola, un robo de base y un hit de prospecto Carlos Duran entre el jardín izquierdo y el central, fabricó la primera carrera del partido. Esto no desanimo a “Los Demócratas”, por el contrario, cuando les correspondió el turno siguiente lograron rápidamente empatar el juego. Castro se embasó con elevado detrás de primera base que cayo en zona buena. Velásquez bateo un incomible entre tercera y campo corto. Mares falló con globito para intento de toque. Fernándito logró avanzar a los corredores a tercera y segunda con rolling por segunda. Le dieron la base por bolas a Darwin y las bases se llenaron. “Gallito” sonó un metrallazo sobre la línea de tercera y entraron dos carreras, “Los Demócratas” se fueron arriba dos a una. En el sexto todo siguió parejo, un relampagueante doble play en combinación de Darwin y “Gallito” alrededor de la segunda almohadilla acabó con una amenaza seria de “La Rural” que logró llenar las bases con un solo out en la pizarra, esta estaba colocada un poco mas allá de la primera base y el anotador del partido con una tiza anotaba las carreras.
El sol era inclemente, los equipos habían llevado cava con agua, malta y refrescos. Las muchachas no acostumbradas a estos ajetreos ya estaban fastidiadas a pesar de estar ganando. Algunas mas sociables habían conseguido entablar conversación con alguno de los presentes aunque fuere del bando contrario. La música sonaba entre entradas y así entramos al último episodio, el séptimo de la suerte. “El Gringo” perdía el partido pero estaba mas duro y curvero, ya había abanicado a catorce.  Para cerrar el juego en la parte baja del séptimo, “La Rural” salió a dar el todo por el todo. Mares, después de haber retirado el primero al que enfrentó fue castigado con un batazo de dos bases. La carrera del empate estaba en segunda y la de ganar en la caja de bateo. “ El Profe” ordeno dar el boleto al cuarto bate para buscar una doble matanza. Entró a batear “El zurdo”, un espigado muchacho oriundo de la costa, al primer lanzamiento batea una línea bajita sobre la primera base y “El Niño de goma” se lanza sobre la bola y logra capturarla con la punta del guantín, pisa la base y completa la jugada del cierre. Los jugadores todos se van hacia él y se funden en un abrazo, era el héroe del partido. La barra se lanzó al campo, “El Profe” emocionado recibía las felicitaciones. “La EscuelaLa Democracia” había ganado contra todos los pronósticos. 

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