CACHO EN LA MANGA!!!
Diez
días antes del inicio de las Fiestas Patronales del pueblo se comenzaba a
construir la cancha para la competencia, esta manga de coleo construida con
palos de bambúes amarrados con mecate y con tablas y lingotes de madera. Los
toros coleados es un deporte típico llanero en el cual el jinete trata de
derribar al toro halándolo por la cola, se enfrenta la destreza contra la
fiereza. La manga tiene la zona de los
corrales donde se guardan los toros y el Tapón que queda al final de la manga,
donde los toros y coleadores dan la vuelta. Al frente de las casas de familias
y patios se construyen talanqueras que tienen unos dos metros de altura y sirve
para sentarse y para subirse cuando el toro y los coleadores pasan, también se
construyen templetes sobretodo en los cruces de las calles. Estos templetes
tienen una altura de más de cuatro metros, se construyen por familias o por
instituciones que financian su construcción. También los templetes sirven para
colocar los conjuntos musicales, animadores, locutores y las mismas
autoridades. Decenas de cuadrillas de hombres voluntarios construyen la manga
de coleo bajo la supervisión del Responsable de la manga. Se deben prever las
conexiones eléctricas para el sonido y las empresas patrocinantes colocan las
bambalinas a lo largo de toda la manga. En la parte de afuera de la manga se
colocan los kioscos de venta de bebidas y comidas. Todo debe estar listo para
el día inaugural.
Los
preparativos continúan, el camión con los toros se ha instalado en los
corrales, estos fueron pasados a los burladeros, los coleadores y sus ayudantes
fueron llegando poco a poco, ensillan sus caballos y hacen reconocimiento de la
manga, el público fue acomodándose en sus lugares escogidos o en dentro de la
misma manga, las mujeres con vestimentas acordes a la tarde soleada, llevan
colgados lazos multicolores para premiar las tumbadas de los coleadores. La
algarabía se confunde con la música Tantan…tarantantan y el ambiente de fiesta.
Los hacendados o grandes cacaos con liquilique y sombrero pelo é guama y las
mujeres bien
engalanadas lucen sus trajes para la ocasión. Los niños
se colocan en lugares protegidos con sus familiares. Los espontáneos toreros se
ubican con sus capotes rojos con preferencia en el tapón. Personas venidas de
todas partes hacen su aparición. Los personajes propios de estas tardes de
toros coleados son de presencia obligada, uno, en vez de usar un vaso para
tomarse un trago lo hace en una vasenilla, otro, con pantalón y franela apretada
se contornea como en una pasarela antes los pitos fiuuu…fiuuu de los demás, Los
chupeteros, raspadores, tostoneros y demás vendedores ambulantes ofrecen sus
productos. La mesa esta servida. La
autoridad a caballo recorre la manga y da la orden.
El
petardo del cohete ¡Pung¡ anuncia la salida del primer toro de la tarde, ¡Cacho
en la manga! alerta el locutor oficial, son ocho los coleadores que montan los
bravos caballos los coleadores se pelean la toma del rabo y uno de ellos grita
para que los demás sepan “toro cojío” y dobla el rabo en su mano derecha, el
coleador levanta la cabeza y ve hacia adelante, la gente se aparta mientras el
toro va por el medio de la cancha. ¡Ahí viene el toro! se escucha entre la
gente que levanta la cabeza, se percata que vienen toro, caballos y coleadores
a gran velocidad y se aprestan a buscar protección en las talanqueras, en
cuestión de segundos el coleador gira la cola, se acuesta sobre la silla,
“espuelea” al caballo y el toro se desploma de cabeza a “filo é lomo”, entre
aplausos clap…clap…y vítores, el coleador se recompone en la montura, se quita
el sombrero y agradece al soberano los aplausos. El coleador que tumbo al toro
de manera efectiva recibe como premios los lazos que le colocan sobre su camisa
o chaqueta las bellas mujeres, quienes además lo premian con besos y
salutaciones. Algún conocedor de los caballos le felicita y le pregunta como se
llama el caballo, el coleador con orgullo le dice “Alazan”. Los demás
coleadores van al recoleo y se pelean el rabo del toro en el suelo, es cuando
se acerca un hombre coloca una descarga eléctrica sobre el astado y este
emprende de nuevo la carrera hacia el tapón. “El Loco”, como le dicen al joven
coleador por su forma de ser, pequeño de estatura y regordete, toma el rabo y
se apresta a ejecutar su rutina de coleo, cuando de pronto pierde las riendas y
rueda por debajo de las patas de los caballos, el sombrero queda por un lado y
“El Loco” por otra, estirado sobre la tierra recibe el auxilio de los
espectadores quienes al ver que no reacciona, lo sacan de la manga y piden
auxilio.
Los
toreros espontáneos capote en mano, esperan al toro en el tapón, le muestran el
trapo rojo y el toro embiste, “Manuelin” como le dicen al aficionado se adorna
y le da un derechazo largo y con gran estilo, se escucha entonces algún grito
de ¡Ole…Ole…Ole! de las personas que estaban montados en las talanqueras y
templetes. “Manuelin” que vestía pantalón blue jean y camisa manga larga
amarilla, lucia una boina azul, entonces levanta su mirada, se inspira y cita
al toro, el público y los coleadores han hecho un circulo y los han dejado
solos, todo esto pasa en fracciones de segundos en medio de la algarabía de los
asistentes, el toro embiste de nuevo y “Manuelin” le da con clase dos naturales
mas y un pase de pecho ceñido, el público entre “oles” comienza a gritar ¡“Torero! ¡Torero!… Por la mente del espontáneo pasa un
cúmulo de sueños, ya se imagina en el coso taurino vestido de trajes de luces y
con el pasodoble premiando su faena. Se imagina que ahora vendrá la suerte de
entrar a matar para dar la estocada final. En ese momento otro espontáneo
pasado en palos se acerca al toro con su camisa anaranjada como muleta, el toro
lo embiste y le da un revolcón fuerte ¡catapum! , la gente grita de pánico, el borrachito
dando tras pies quiere insistir, pero el público lo impide. Gracias a Dios no
ha pasado nada, solo fue un susto. Otro aficionado toma al toro por el rabo y
se lo muerde, el toro tratando de cornearlo, gira dos veces y no puede
alcanzarlo, los gritos no cesan confundidos por la admiración de otros.
El
toro al recibir otro corrientazo, reinicia su carrera y los coleadores ahora si
van por el recoleo. El toro ya luce cansado, mas adelante se vuelve a parar e
de repente arranca, en ese momento un Señor que había venido de la capital y
hablaba tranquilamente con otro amigo, al intentar correr hacia las
talanqueras, rueda por el suelo, las elásticas de los pantalones se le habían soltado,
los demás lo ayudan y todo no pasa de un susto. La tarde sigue bajo los efectos
de los tragos, la música y la alegría de la gente. ¡Ahí viene el toro! gritaban
a cada rato.
Como
a las seis y cuarto de la tarde, cuando
el sol se estaba poniendo, sale el último toro de la tarde, todo transcurre con
normalidad hasta que el toro después de una rodada, es tomado por los
aficionados y bajo engaños es llevado hacia un lugar preparado, le abren un
falso y el toro sale de la manga, “Se escapó el toro” gritaba la gente y mucha
gente salió corriendo detrás, el toro una vez en la calle y causando el susto
de decenas de personas que estaban afuera fue llevado por un grupo de personas
hacia la Plaza
del pueblo, la gente tuvo que montarse sobre las ventanas y cerrar las puertas
de las casas. La Plaza
estaba repleta de bazares, bingos, vendedores de dulces, fritangas, frutas y
demás kioscos y tarantines, en eso llegó el toro, alguien advirtió: ¡Pa´la Iglesia nó!, el toro hizo
correr a todo el mundo, era de color negro tipo cebú, la verdad que daba miedo.
La policía había sido alertaba y trataba de atrapar a los zagaletones que
habían hecho aquella gracia. También los auxiliares de la manga se habían
venido con mecate en la mano para enlazar al toro, mientras eso sucedía, mas
por el pavor y la carrera, las manzanas rodaban y la gente se mantenía alejada
del lugar de los acontecimientos. La gracia no pasó de allí, el toro fue
llevado de nuevo a los corrales de la manga y dos o tres personas fueron
retenidas. Cuando se terminó la tarde toros, muchos se quedaron, los coleadores
recogieron sus aperos y la gente regresaba, todos comentaban los sucesos, pero
se preguntaban, ¿Qué habría pasado con el Coleador “Loco”? Aquel estaba feliz
acompañado de sus amigos y de la novia, solo que tenía unos moretones y estaba
listo para presentarse al día siguiente. Fue dado de alta del hospital y
cojeando en brazos de sus familiares estaba listo para otra tarde de emociones.
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