La gallina ciega
Este juego consiste en una serie de personas que se
reúnen en forma de círculo y en medio se ubican dos jugadores, uno de ellos le
cubre los ojos al otro con un pañuelo, trapo u otro material con el fin, que no
pueda ver a sus compañeros ni donde se dirige, luego, el ayudante le da una
serie de vueltas (alrededor de 5 ó 10) para que este pierda el sentido de
orientación y por último lo suelta para que este busque y toque a sus
compañeros. El que sea atrapado será el próximo en ser "la Gallina Ciega ". Cuando
estén jugando, para poder ayudar a la Gallina Ciega a conseguir sus presas, los
jugadores normalmente le hablan o le dan pistas de donde se encuentran.
Las sillas
Se colocan las sillas en dos filas, una menos del total
de participantes, juntando los respaldos, todos se sientan mientras suena la
música, todos deben caminar a su alrededor, cuando la música cesa a la señal
del que dirige, toman asiento. Quien se quede sin poder sentarse queda
descalificado, es decir fuera del juego. Se elimina una silla y sigue la música
hasta que queden dos participantes y una sola silla. El que se quede con la
silla ganará.
La vieja Inés
Es muy parecido al Escondido, pero con más movimiento.
Una de las muchachas del grupo es, la "Vieja Inés". Se aleja mientras
las demás se esconden en un cuarto bien oscuro y que tenga bastante amplitud
para ocultarse bien; puede ser debajo de las camas, o en cualquier otro lugar
que lo permita.
Luego
viene la Vieja Inés
y entabla el diálogo siguiente, con alguna de las muchachas que se encuentran
en perfecta oscuridad en el cuarto:
-¡Tun, tun! -¿Quién es?
-
-¿Qué busca?
- Una rama e brusca.
-¿Pa 'quién?
- Pa 'ño Ventura.
-¿Qué tiene?
- La pata madura.
-¿De qué?
- De comer cambures maduros.
-¿Quién lo cura?
- El padre cura.
-¿Quién lo sana?
- Los gusanos,
- ¡Pase adelante y búsquela!.
Entonces la
Vieja Inés entra en el cuarto y empieza a buscar la rama de
brusca y a la primera muchacha que logre agarrar, ésa será ahora la Vieja Inés.
El juego puede volver a iniciarse, o bien se continúa en el cuarto con la nueva Vieja Inés, que era hasta ese instante rama de brusca.
El juego puede volver a iniciarse, o bien se continúa en el cuarto con la nueva Vieja Inés, que era hasta ese instante rama de brusca.
Una señal de que el juego continúa será lo que las
muchachas se dicen muy en voz baja y preferiblemente al oído: "Tú eres
ahora la vieja Inés" o "Tú eres la rama de brusca".
Esto se juega preferentemente de noche, con las luces
apagadas. Si es de día, tendrán el cuidado de cerrar muy bien las ventanas y
tapar las hendiduras por donde pueda entrar la claridad. A veces la persecución
se hace corriendo detrás de las muchachas (las ramas de brusca), en el mismo
cuarto y no escondidas.
Que lo baile, que lo baile
Este un juego en el que pueden
participar tanto niños como niñas. Los jugadores se
sitúan en dos filas paralelas, mirándose de cara. El juego comienza con un
voluntario (la madre -que se decía así en femenino, tanto si era niño como si
era niña), que ocupa la parte central del pasillo, formado entre las dos filas.
Todas comienzan a cantar la canción al
unísono y a tocar palmas, mientras el/la jugador/a del centro baila de un lado
para otro con los brazos en la cintura y marcando un ritmo acompasado con los
pies, una danza sencilla:
La señorita María ha entrado en el
baile,
que lo baile, que lo baile y que lo
baile
y si no lo baila pagará una arepoa con
queso,
que la pague, que la pague, que la
pague.
La
que baila saca a otra a pasear, para que la acompañe, y las dos cogidas del
brazo danzan en medio de las filas, mientras se canta:
Que salga usted que la quiero ver
bailar,
saltar y brincar y dar vueltas al
aire.
Con lo bien que baila la moza déjala
sola,
sola en el baile
Cuando
ha pasado un rato, se retira la primera madre y permanece la segunda, hasta que
se cante otra coplilla.
La señorita Luisa
como es tan ideal
lleva los perros a
misa y los gatos a confesar,
su padre toca el
bombo, su madre los platillos
y la señora Lucia nos
baila el fandanguillo.
La
que baila saca a otra a pasear, para que la acompañe, y las dos cogidas del
brazo danzan en medio de las filas, mientras se canta:
Que
salga usted que la quiero ver bailar,
saltar
y brincar y dar vueltas al aire.
Con
lo bien que baila la moza déjala sola,
sola
en el baile.
Caballitos
de palos
Estas son las primeras carreras que
hicieron los niños, ellos se imaginaban que eran unos vaqueros del oeste o que
tenían su propio caballito. Normalmente el palo, pudiera ser de escoba, medía
mas de un metro, estos caballitos se montaban a pelo, obviamente no tenían
sillas, el palo se colocaba entre las piernas y amarraban en unos de los
extremos una cuerdita para agarrarlo y manejarlo a su antojo, Los niños
inventaban sus pasos como si fueran caballos amaestrados. Lo que mas emocionaba
eran las carreras, los de mayor edad tenían la ventaja., se ubicaban en la
partida y a la voz de largada, debían darle la vuelta la patio de la casa, la
distancia era como de ciento veinte metros, la manga tenía dos curvas, una
alrededor del una mata de mango y otra, la curva final, en una mata de mamón,
la recta final era como de veinte metros.
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